Paul: Estupenda Marcianada
Escrito por Sebastián Valdés
Simon Pegg y Nick Frost firman y protagonizan una notable comedia que
festeja con respeto, humor y sentimiento la ciencia ficción cinematográfica que
marcó las infancias de una gran generación de espectadores; “Para dejarse
abducir”.
Graeme (Simon Pegg) y Clive (Nick Frost) son dos británicos
fanáticos de la ciencia ficción que recorren América para conocer la legendaria
Área 51, el mítico emplazamiento en el que supuestamente el gobierno de USA
realizo una autopsia a un extraterrestre. Pues van a conocer a ese ser. Como ya
pasó con “Kick-Ass”, “Paul” (Voz de Santi Millán en la versión doblada) llega
tarde y con escaso fuelle comercial. Pero llega, así que si aún queda alguien
entre su público natural que no la haya disfrutado, se puede encontrar en
Netflix®.
Merece la pena.
<<A
veces hay que jugársela>>. Una Road Movie con alíen de por medio que
arranca en la Comic-con de San Diego, USA, deja claras sus intenciones desde el
principio; y es que lo último de Greg Mottola es básicamente un homenaje a un
cine añorado, una comedia que bebe de infinitas referencias nutriendo su rápido
metraje de abundantes guiños y piropos a la ingente filmografía que hizo soñar
a las generaciones de los cuarentones, con un especial hincapié en la obra de
un Steven Spielberg aquí elevado a los altares del entretenimiento universal.

Porque “Paul” funciona muy bien como aventura para casi
todos, un ameno, cabal e irreverente viaje que no elude la sátira mordaz contra
las instituciones en la sombra y el ultra conservadurismo socio religioso
yanqui, que aboga por mensajes constructivos y que incluso emociona en sus
momentos más dramáticos, que los tiene. Hablar de la química del tándem
Pegg/Frost es innecesario, perfectos como evolución de aquellos niños
encargados de cuidar de entrañables marcianos en tantos títulos inolvidables; y
a su alrededor, cómicos de raza y actores de talento incuestionable como
Kristen Wiig ─fantástica─, Bill Hader, Jason Bateman, Jeffrey Tambor, Jane
Lynch, David Koechner, John Carroll Lynch, Sigourney Weaver o Blythe Danner.
Así da gusto ser abducido.
Pero ese adiós, en realidad, está entonado en la selección
de canciones que completan la banda sonora, temas tan obsoletos como deliciosos
que recuperan a los B-52’s (Planet Claire), The only ones (Another girl another
planet) y Billy Lee Riley (Flyin’ saucers rock and roll), para culminar en una
celebración final en los créditos que despeja toda duda con All over the world
de Electric Light Orchestra, tema festivo compuesto por la banda británica para
el musical desfasado de “Xanadú” (Robert Greenwald, 1980).
★★★★★
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